Cuando hablo con almacenes y fabricantes, casi siempre empiezo igual: “no es la tecnología, es el miedo al cambio”. Y lo entiendo. Pero mientras dudamos, los clientes ya esperan preventa, venta y posventa en digital; y los grandes actores del sector llevan ventaja.
En España, el canal online de materiales movió más de 1.000 millones de euros en 2023, y aun así solo el 3,8% de empresas compran digital y el 14,8% venden por internet. Mucho camino… y mucha oportunidad para quien se mueva primero.
Contenido del post:
- 1 Digitalizar no es “poner un carrito” Es volver tu relación comercial escalable
- 2 El verdadero cuello de botella: datos de producto y confianza
- 3 Prescripción y visibilidad: llegar antes que la competencia
- 4 Logística y obra: donde el canal digital se la juega
- 5 Cultura y personas: del “esto siempre se hizo así” al “probemos y midamos”
- 6 ¿Por dónde empiezo? Mi hoja de ruta en tres oleadas
- 7 Lo que de verdad mueve la aguja (mi experiencia, aterrizada)
- 8 Cierre: pasar de la intención a la tracción
Digitalizar no es “poner un carrito” Es volver tu relación comercial escalable
En B2B, cada cliente tiene su historia: descuentos, acuerdos marco, obras activas, crédito, particularidades logísticas. Por eso, “subir un catálogo” sin más no funciona. El eCommerce B2B debe reflejar precios personalizados, permitir solicitudes de oferta y respetar flujos de aprobación por importe o familia. Lo dicen los manuales, pero también lo veo cada día: cuando un instalador inicia sesión y encuentra su tarifa y su catálogo, la adopción despega. La literatura sectorial lo respalda: el B2B de construcción exige flexibilidad de precios, procesos de compra más largos y varios decisores en la jugada; la plataforma tiene que saber convivir con esa complejidad y no forzarla a encajar en un “añadir al carrito” genérico.
La transaccionalidad digital llega, pero conviene empezar con fases realistas: MVPs que prueban dónde hay tracción antes de grandes inversiones; es preferible acertar pequeño y escalar, que “lanzarlo todo” y paralizarse.
El verdadero cuello de botella: datos de producto y confianza
El primer gran tropiezo no suele estar en el front, sino en la calidad de la información: fichas técnicas incompletas, PDFs viejos, atributos sin estandarizar, imágenes pobres. Aquí un PIM deja de ser “nice to have” y se vuelve estructural: una fuente única de verdad para enriquecer descripciones, atributos, documentos, BIM/CAD y multimedia, preparada para SEO y para la búsqueda interna de la tienda. Sin eso, la gente abandona y vuelve al teléfono.
La confianza también nace de la visibilidad documental: albaranes, facturas, certificados y trazabilidad en un portal al que el cliente pueda entrar a cualquier hora. Es parte de esa “pirámide de digitalización” que empieza por contenido/marca, sigue con relación, gestión comercial, venta y culmina en prescripción. No es magia; es orden.
Prescripción y visibilidad: llegar antes que la competencia
En construcción, “ganar” muchas veces es llegar temprano a la memoria del proyecto. Ahí la web (bien estructurada), el contenido técnico y las herramientas marcan la diferencia: detalles BIM/CAD, comparadores, calculadoras de materiales y casos de obra explicados con claridad. No solo educan: te colocan como referencia en la cabeza del prescriptor y del jefe de obra. Si además participas en ecosistemas y plataformas sectoriales donde están los decisores, multiplicas impacto sin depender solo de tu dominio.
Yo lo he visto funcionar: cuando compartimos valor “sin pedir nada” (guías del CTE, vídeos de aplicación, plantillas de presupuesto), los leads llegan con menos fricción, y el comercial entra a aportar estrategia, no a reenviar PDFs. Ese es el tipo de marketing de contenidos que convierte visibilidad en negocio tangible.
Logística y obra: donde el canal digital se la juega
Este sector no reparte camisetas: reparte perfiles de seis metros, sacos, paneles o químicos, en obras con accesos complicados y horarios municipales. El canal digital debe preguntar y calcular bien: stock por delegación, coste por peso/volumen, opciones de entrega en obra con franja, evidencia fotográfica de entrega, y una logística inversa que entienda el “sobrante de obra”. Integrar ERP/SGA y, cuando toque, TMS/WMS, evita promesas rotas y discusiones de última milla.
Aquí la digitalización brilla por eficiencia: menos llamadas de “¿lo tenéis?”, menos sorpresas de transporte, menos parones por un sustituto no comunicado. Y cuando hay una incidencia, un RMA simple con fotos desde móvil y estados claros desactiva incendios antes de que escalen. (En mi experiencia, es donde más fidelizamos.)
Cultura y personas: del “esto siempre se hizo así” al “probemos y midamos”
Muchos directivos me confiesan lo mismo: “¿De verdad esto dará pedidos?”; el ROI digital parece menos tangible que el volumen físico de toda la vida. La respuesta pasa por dos ideas: métricas y formación. La analítica te dice qué buscan, qué fichas se descargan, qué páginas convierten; deja de ser fe y se vuelve gestión. Y la formación convierte a los equipos en comerciales híbridos que usan el CRM, entienden el SEO básico y leen un dashboard sin miedo. No se trata de reemplazar su oficio, sino de potenciarlo con herramientas accesibles.
También ayuda bajar el listón del “todo perfecto o nada”: muchas webs “escaparate” fallaron porque no medían ni iteraban. Hoy, con un CMS decente, analítica y una pauta de contenidos, puedes generar leads cualificados de forma medible, y si decides abrir compra online, empezar por repuestos o reordenes sencillos antes de los sistemas complejos.
¿Por dónde empiezo? Mi hoja de ruta en tres oleadas
- Fase 1 (90 días): ordena la casa: PIM (aunque sea “lite”), CMS con fichas completas y buscador decente, área privada con precios personalizados y documentos. Mide todo. (Sí, es posible y es donde más retorno ves rápido.)
- Fase 2 (120–180 días): dale músculo B2B: ofertas convertibles en pedido, crédito y workflows de aprobación, stock por almacén, click & collect y entrega en obra con franjas. Integra de verdad con ERP/SGA.
- Fase 3 (180+ días): acelera la demanda y la prescripción: BIM/CAD, calculadoras, comparadores, casos de obra, participación en ecosistemas y marketing segmentado. A partir de aquí, automatiza reordenes y explora marketplaces donde tenga sentido.
Lo que de verdad mueve la aguja (mi experiencia, aterrizada)
Cada proyecto me reafirma en cuatro ideas sencillas.
- Uno: lo que más frena no es el software, es la resistencia; por eso, empieza pequeño, enseña resultados y suma aliados internos.
- Dos: el cliente ya es digital; si no te encuentra a ti, encuentra a otro.
- Tres: la personalización no es un “extra”; sin precios, catálogos y crédito a medida, el portal se siente ajeno.
- Cuatro: la posventa digital —tickets, devoluciones, documentación— es el terreno más agradecido para fidelizar rápido. Todo esto encaja con lo que recogen las guías del sector: miedo al ROI, brecha competencial y falta de datos se resuelven con visibilidad, procesos y aprendizaje iterativo.
Cierre: pasar de la intención a la tracción
Digitalizar el canal profesional no va de “copiar al B2C”, va de codificar tu forma de vender en reglas que escalan: precios, permisos, logística, documentación y atención. El sector está retrasado, sí; pero precisamente por eso, moverse ahora te coloca en ventaja mientras otros siguen dudando. Y si tuviera que dejar una única idea en grande sería esta: no invertir hoy es ceder cuota mañana. Empecemos por lo que más duele al cliente, midamos y sigamos. El resto cae por su propio peso.
Si tienes dudas sobre cómo digitalizar tu canal profesional de ventas en materiales de construcción, en Etailers te podemos ayudar.
Y, si quieres profundizar en este tema y escuchar diferentes perspectivas del sector, encontrarás un podcast complementario de este artículo en los enlaces que acompañan esta publicación. Youtube, Spotify y Ivoox.
Artículo escrito por Santiago Goicoechea.









